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Policía Nacional rechaza obedecer y se pone al lado del pueblo

Publicado originalmente en Prensa CDP

Tegucigalpa

En la tarde del lunes la policía Cobra, una policía especial anti disturbios, que forma parte de la policía nacional, se puso en huelga de “brazos caídos” y decidió desobedecer las ordenes del gobierno. Otros cuerpos de la policía nacional se unieron a la protesta.

La represión militar a las protestas se ha saldado con la muerte de 10 personas entre ellas la joven Kimberly Dayan Fonseca en Tegucigalpa

“No queremos reprimir a la población y queremos que se respete la voluntad del pueblo”, dijo un policía de escala básica de los Cobra. En el Core-7, el poste más grande de policía de Tegucigalpa, y en otros barrios de la ciudad y del resto del país, los manifestantes anti fraude se unieron a la policía.

Decenas de miles de personas salieron este domingo a las calles de las principales ciudades del país para denunciar el supuesto fraude electoral de las elecciones del pasado domingo. En Tegucigalpa, las calles se llenaron masivamente y se marchó desde el Hospital Escuela, en el boulevard Suyapa, hasta la sede de Infop, donde se recuentan las actas, que estaba totalmente militarizada.

El candidato de la Alianza de Oposición, Salvador Nasralla, salió a manifestarse con el pueblo, juntamente con el ex presidente Manuel Zelaya, que fue expulsado por un golpe de estado el 2009, con el beneplácito de los Estados Unidos. Nasralla leyó el comunicado que su partido, la Alianza de Oposición, había mandado al Tribunal Supremo Electoral (TSE) montado en un camión y rodeado de manifestantes anti fraude.

El TSE rechazó las peticiones de la Alianza. En un comunicado, la oposición le pedía al tribunal que se revisaran unas 5.174 actas que se procesaron después de una de las caídas del sistema informático del tribunal. Estas actas se escanearon manualmente desde la sede del tribunal y la oposición denuncia que son fraudulentas.

El tribunal solo revisó 1.006 actas especiales durante esta noche sin presencia de representantes de la Alianza de Oposición ni del Partido Nacional, que decidió retirar sus representantes ante la negativa de la Alianza de asistir a los recuentos. Si que estuvieron presentes observadores internacionales.

Por su parte la misión de observadores de la OEA (Organización de los Estados Americanos) publicó su informe preliminar donde sentencia que : “El estrecho margen de los resultados, así como las irregularidades, errores y problemas sistémicos , que han rodeado esta elección, no permiten a la misión, tener certeza sobre los resultados.”

La Misión de Observadores de la Unión Europea ha insistido esta mañana en que “el proceso no está terminado” y que “es temprano para declarar ganadores.” Se abre ahora un espacio para presentar peticiones e impugnaciones. Marisa Matías, jefe de la Misión de Observadores de la UE, ha dicho: “los hondureños merecen que todos los votos sean contados con transparencia” y a pedido al tribunal que sea “flexible con las peticiones de los partidos”. También ha pedido más días para que los partidos puedan preparar sus impugnaciones. La ley electoral solo contempla un plazo de dos días.

Un magistrado del TSE, Marco Ramiro Lobo, declaró que era muy importante despejar a los ciudadanos de las dudas: “se deberían contar las 5.174 que están siendo cuestionadas y que están generando duda”.

 

El escrutinio final del TSE da un 42.98% de votos al actual presidente y candidato a la reelección, Juan Orlando Hernández, del partido nacional y 41.39% para el candidato de la Alianza de Oposición, Salvador Nasralla.

El descontento por el retraso de la información oficial después de la elecciones escaló la noche del miércoles cuando, después de un apagón del sistema informático, el recuento empezó a beneficiar a JOH cuando ya había, des del domingo, una tendencia favorable a Nasralla y que el mismo magistrado del TSE Mario Ramiro Lobo había dicho que era “irreversible”.

Ante la incertidumbre, los hondureños que sospechaban fraude salieron a protestar: bloquearon calles, quemaron ruedas y lanzaron piedras, mientras la ciudad estaba cada vez más militarizada y la represión de la policía militar era mayor. Honduras recibió 17.3 millones de dólares en ayuda para militar de los Estado Unidos este año.

El viernes una ola de saqueos se esparció por las principales ciudades de Honduras, sobretodo en San Pedro Sula que quedó sometida a un caos con quema de peajes y saqueos. En la capital Tegucigalpa se quemó un Dunkin Donuts en el boulevard Centro América y las principales vías de la ciudad fueron tomada. La Alianza de la oposición dijo que el gobierno mandaba infiltrados para criminalizar la protesta pacífica del pueblo.

La noche del sábado, en la colonia Honduras, la joven Kimberley Dayana Fonseca, de 19 años, se convertía en la primera víctima de los disparos de la policía militar. Según la abuela de la joven, después del toque de queda, Kimberley se acercó a las protestas en su colonia para alertar a su hermano del toque. En aquel momento, la policía militar disparó a los protestantes y una bala alcanzó a la joven en la cabeza. Su abuela explicó que la policía nacional freno al ejército de seguir reprimiendo al pueblo.

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